Capítulo
4 Cuando los clientes dicen: «Pío, pío»
«Cada vez que me levanto, siento hambre, ¿Por qué?»
Todo empieza por tener una necesidad sentida:
hambre. Es obvio pensar que las
personas son diferentes: como las
necesidades varían de
individuo a individuo,
producen diversos patrones de comportamiento.
A eso se suma que los valores sociales y la capacidad
individual para alcanzar
los objetivos también son diferentes;
es decir, se puede preferir un producto con mucha azúcar «un gustito» y otros,
descartarla por dieta; y algunos el azúcar resulta un veneno mortal. Además,
a esas necesidades, se suman los valores sociales y
las capacidades económicas del individuo, las mismas que varían con el tiempo.
Aunque existan estas diferencias, el proceso es
dinámico dentro del ser humano y el conocimiento acerca de un producto, es semejante
en todas las personas.
A eso se denomina «patrones de comportamiento del consumidor».
De alguna forma, el modelo de Maslow señala que
el proceso motivacional es más o menos el mismo para todas las personas.
De hecho, podemos definir tres premisas
para nuestro modelo, destinada a negocios panaderos:
1. El comportamiento es causado. Existe una causalidad
del comportamiento. Tanto la
herencia como el ambiente influyen de manera decisiva en el
comportamiento de las personas, el
cual
se origina en estímulos
internos (Hambre) y externos
(Voy a comprar).
2. El comportamiento es motivado. En todo comportamiento humano existe una finalidad. El comportamiento no es casual
ni
aleatorio, siempre está dirigido u orientado
hacia algún objetivo. (Hambre, duele; busco aliviarme).
3. El comportamiento está orientado
hacia objetivos. En todo comportamiento existe un “impulso”, un “deseo”, una “necesidad”, una
“tendencia”, expresiones que
sirven para indicar los “motivos” del comportamiento. (Hambre, desayuno, estoy a dieta: Pan
integral)
El modelo motivacional aplicado al consumidor de
productos de panadería y pastelería, es más o menos el siguiente:
Aunque el modelo básico de motivación que muestra la figura sea el mismo para todas las personas, el resultado podrá variar indefinidamente, pues
depende de la manera de cómo se recibe
el estímulo (que varía según la persona, y en la misma persona, con el tiempo), las necesidades (que también varían
con
la persona)
y del conocimiento que
posee cada individuo. La motivación de las
personas depende en lo fundamental de éstas tres
variables.
«Debo desayunar», se dice
internamente, luego: «¿Pan con huevo, tortilla, queso, palta? ¿En pan francés,
ciabatta, dulce, coliza?, ¿Me lo preparo
o lo compro mientras voy al trabajo? Estoy a dieta, mejor un jugo y un pan
integral». Estas decisiones están dentro del individuo antes de llegar a la
panadería, por tanto, al ingresar al establecimiento, ya entra tensionado y en
busca de satisfacer esa necesidad.
Veamos a continuación cómo
funciona esta secuencia:
Ciclo Motivacional
El ciclo motivacional comienza cuando
surge una necesidad, fuerza dinámica y persistente que origina el comportamiento. Siguiendo este gráfico podemos ver que el
individuo despierta en la mañana y siente hambre. La decisión es tomar
desayuno. Esto causa tensión e
inconformidad. Podrá entonces decidir ir a una panadería y comprar los
elementos necesarios para prepararse el desayuno, o saldrá a tomarlo en un
restaurante o una tienda al paso. Si lo logra, es decir, consigue el objetivo,
estará satisfecho. Pero, si no lo logra, sentirá insatisfacción y por tanto
frustración.
Cada vez que el
individuo despierte, aparecerá
la necesidad de desayunar, el cual rompe el estado de equilibrio del organismo y produce insatisfacción. Esta necesidad
sentido lo lleva a buscar cómo y dónde conseguirlo. De hecho, el cliente,
cuando llega a la panadería no lo hace de visita, le gusta, pasaba por ahí, u
otro motivo que no sea satisfacer su necesidad. Cualquier tipo de demora u
obstáculo que se lo impida, causará insatisfacción, por tanto se descargará con
cualquiera que represente un obstáculo
Etapas del ciclo motivacional, que implica la satisfacción de una necesidad
En el ciclo motivacional descripto anteriormente, la necesidad se ha satisfecha. A medida que el ciclo se repite, el aprendizaje y la repetición (refuerzos) hacen que los comportamientos se vuelvan más eficaces en la satisfacción de ciertas
necesidades. Una vez satisfecha la necesidad, deja de ser motivadora de comportamiento, puesto que ya no causa tensión o inconformidad.
Ciclo motivacional con frustración o compensación
Algunas veces la necesidad no
puede satisfacerse en el ciclo motivacional,
y puede originar frustración, o en algunos casos, compensación (transferencia hacia otro objeto, persona o situación). Esto causa que el cliente se queje contra la persona por tres
grandes motivos:
1.
Escuchar
“no hay”, el cual causas una inmediata insatisfacción.
2.
“Mal
trato”, considerado desde una actitud descortés o hasta la forma de saludar.
3.
“Indiferencia”,
resultado de las tres anteriores: «No hay, no me importa usted, vaya a otro
lugar».
Tengamos en cuenta que cuando se presentan la frustración en el ciclo
motivacional, la tensión que provoca el surgimiento de la necesidad encuentra una barrera u obstáculo
que impide su liberación; al no hallar
la
salida normal, la tensión represada
en el organismo
busca una vía indirecta de salida, bien sea mediante lo
psicológico (agresividad,
descontento, tensión emocional,
apatía, indiferencia, etc.), bien mediante lo
fisiológico (tensión nerviosa, insomnio, repercusiones cardíacas o digestivas, etc.).
«Que no panda el
cúnico» Hay una solución y se llama «Compensación»
En otras ocasiones, aunque la necesidad no se satisfaga tampoco existe frustración porque puede transferirse o
compensarse. Esto ocurre cuando la satisfacción de otra necesidad
logra reducir o calmar
la intensidad de una necesidad que no
puede satisfacerse. La
figura que sigue indica este comportamiento. Un ejemplo de compensación puede presentarse en vez del ascenso a un cargo superior, se obtiene un buen aumento de salario o un nuevo
puesto de trabajo.
La satisfacción de algunas necesidades es transitoria y pasajera,
es decir, la motivación humana es cíclica: el comportamiento es casi un proceso continuo de solución de problemas y de satisfacción de necesidades a medida que
van apareciendo.
Las teorías más conocidas sobre motivación están relacionadas con las necesidades humanas;
por ejemplo, la teoría
de Maslow acerca de la
jerarquía de las necesidades humanas.
NECESIDADES EN EL SER HUMANO Y AUTORREALIZACIÓN
Para entender
el modelo que aplicaremos a los negocios panaderos, primero debemos definir
claramente la pirámide de necesidades de Maslow. Posteriormente, explicaremos
cómo interpretarlo en los negocios de Panaderías y Pastelerías peruanas
específicamente.
Consideremos
en primer lugar, que las necesidades humanas se organizan en forma jerárquica
por niveles, y se satisfacen de manera progresiva, como el siguiente cuadro:
1. NECESIDADES FISIOLÓGICAS
En la parte básica
tenemos las necesidades fisiológicas, y se supone que nuestros padres aseguran
cubrir estas necesidades cuando niños, luego, al crecer, la mayoría de estas
necesidades se satisfacen con dinero. En muchos países, el salario mínimo
alcanza específicamente para satisfacer este tipo de necesidades. Las personas
dedican toda su vida a trabajar para conseguir este salario, lo cual consume la
mayoría de sus esfuerzos.
2. NECESIDAD DE SENTIRNOS SEGUROS
Aquí evitamos riesgos
e incertidumbres. La mayoría de miedos están relacionados con problemas de seguridad.
Buscamos el control de nuestra vida y circunstancias, buscamos estabilidad,
orden y protección. Buscamos tener un trabajo estable, un techo propio y una
familia.
En sociedades
avanzadas los gobiernos desarrollan eficientes sistemas de seguridad social, en
la salud, en la protección. En países subdesarrollados los niveles de
violencia, robo, desigualdad, alimentan el miedo en el ciudadano.
3. NECESIDAD DE SENTIR AFECTO Y DE PERTENECER A UN GRUPO.
Somos seres sociales,
necesitamos sentir que pertenecemos a algo, de participar dentro de un grupo.
Este tipo de interacción nos ayuda a conocernos como individuos. Las grandes
empresas a través de sistemas de integración y convivencia, buscan ayudar en
este aspecto.
4. NECESIDAD DE RECONOCIMIENTO.
Con la necesidad de
llamar la atención, buscamos la maestría dentro de un área, buscamos estatus
dentro de un grupo, la competencia con otros. Aquí hay un fuerte sentido de
diferenciación, independencia y liderazgo.
5. NECESIDAD DE AUTORREALIZACIÓN Y DESARROLLO DEL SER.
La autorrealización es
la consecución de las aspiraciones personales por nuestros propios medios, es
el desarrollo de todo el potencial humano, la búsqueda del orden, del
conocimiento y de la belleza. En la medida de la autorrealización, la persona
es más feliz y más altruista.
Según Maslow, las
personas autorrealizadas perciben la realidad de una manera más clara, libre de
prejuicios, y por tanto aceptan más a las personas, de la cuales aprende, en
vez de imponer su punto de vista. Poseen alta autoestima, ya que se aceptan
como son y también a las circunstancias que le rodean, además son más
espontáneos y se centran en la solución de problemas. Debido a que son
independientes y no necesitan tanto la aprobación de los demás, gustan de la
soledad y son autónomos. Una vez lograda la autorrealización, las personas
trascienden más allá de sí mismo, y pueden ocuparse de causas altruistas.
Recomendaciones
1. Evite el «No hay» por buscar una solución
inmediata. Si comprueba que, efectivamente “no hay” el producto solicitado por
el cliente:
2. Muéstrese “Cortés”, siendo proactivo; es decir,
ofreciendo un producto parecido, pero que supere las expectativas. Si lo hace
por debajo, pensará no que lo está compensado sino que se está burlando de él,
y por último:
3. Préstele toda la atención necesaria. No sea
indiferente a la necesidad real, a lo que siente el individuo como cliente. Si
no lo puede satisfacer y no hay cómo compensarlo, discúlpese. Anote su pedido y
trate de comprometerse en conseguirlo a la brevedad, si está en sus
posibilidades. Si no, simplemente diga
«lo siento», e intente
darle una cortesía de su producto.
Todo esfuerzo que se haga, incluyendo un regalo de cortesía, no es una
pérdida, sino una inversión. El cliente sentirá que en su panadería encuentra
personas que lo entienden, que reconocen y saben que siente una necesidad por
satisfacer, y tratan de ayudarlo. Lo peor es mostrar todo lo contrario. Nadie
siente la necesidad del otro, nadie es adivino, sin embargo, comprenderlo es lo
mejor que podemos ofrecer a los demás, y eso le gusta a cualquier persona.
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